Aunque
parezcan estar muy lejanos, los tiempos en que surgieron la democracia en
Atenas y la república en Roma están llenos de enseñanzas para nosotros. No sólo
encontramos en ellos, por primera vez, palabras como política, democracia,
censo o comicio, que se utilizan cotidianamente en nuestros medios de
comunicación, sino que, también, su estudio nos ayuda a reconocer la fuerza y
los obstáculos que han condicionado y siguen condicionando todos los intentos
por realizar el ideal democrático. Veamos desde una perspectiva panorámica,
cuáles fueron las vías por las que llegó a concebirse, a inventarse, una
organización democrática de la sociedad.
La
democracia en Atenas
La
democracia en su época más esplendorosa, bien entrado el siglo V a.C., es el
resultado de un proceso de varios siglos de luchas, desórdenes, transiciones y
vacilaciones. La idea de igualdad entre los ciudadanos se fue imponiendo, pero
hacía falta alguien que le diera la forma y el impulso definitivos. Esta tarea
correspondió a Clístenes y sobre todo a Pericles. En la persona de Pericles se
encuentra la esencia de la democracia griega, las virtudes que hicieron de este
sistema de gobierno un ejemplo para la posteridad. Pero curiosamente, Pericles,
aunque creía profundamente en la democracia, era un altivo aristócrata muy
lejos del demagogo y del que quiere conquistar al pueblo por sus maneras
vulgares. Pericles se mantiene distante, cuida su compostura, domina sus emociones
e ignora las críticas. Inteligente y extremadamente cuidadoso en su oratoria,
ama la belleza y la sabiduría, por eso está próximo a los filósofos y
artistas. Anaxágoras, Protágoras, Heródoto, Fidias, Sófocles, eran sus amigos.
Consiguió aglutinar a todos todos en torno a un proyecto político, a un ideal
de convivencia democrático, influyendo decisivamente en toda su obra. Este
talante que entronca con las ambiciones de excelencia de la más vieja aristocracia
no fue obstáculo para que todo el pueblo ateniense lo admirara y lo eligiera
durante quince años ininterrumpidos. Veamos ahora cuáles son los rasgos más
característicos de aquella democracia.
Los
historiadores están de acuerdo en afirmar que la Atenas de Pericles tendría
alrededor de unos cuatrocientos mil habitantes. Evidentemente el sistema
democrático ateniense no permitía participar en los asuntos de la ciudad sino a
un porcentaje muy reducido de esa población. Más de la mitad de los habitantes
de Atenas eran esclavos, es decir, tenían una consideración muy próxima a la de
un animal de carga o doméstico; 20% de aquella población estaba formada por
metecos o extranjeros, dedicados normalmente a la actividad comercial e
industrial, pero excluidos de la participación política; el 25% restante podía
considerarse como ciudadano ateniense, pero las mujeres y los niños apenas
tenían derechos civiles y políticos. Resulta, por tanto, que de la población
inicial sólo 7 u 8% de privilegiados ciudadanos podía dedicarse a los asuntos
de la ciudad.
Esa
minoría de ciudadanos estaba orgullosa de su condición, todos son hijos de
atenienses y es esto lo que les hace iguales. Se trata de una igualdad ante la
ley ya que todo joven mayor de dieciocho años que hubiera cumplido sus dos años
de servicio militar, podía participar en la Asamblea del pueblo. Pero, tras
esa igualdad legal se venía ocultando una desigualdad real. Seguían existiendo
los viejos aristócratas que no estaban muy contentos con la nueva situación;
junto a ellos se encontraba la clase media de los pequeños propietarios rurales
y la clase más baja de los artesanos, marineros y tenderos que sería la gran
beneficiada de las reformas.
https://www.youtube.com/watch?v=nKLcRM8Rxds
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